martes, 15 de septiembre de 2009

Sólo pasa en Chile...

Escuchaste alguna vez el mito del hombre que vendía palomas?
en la misma CALLE!!!

solo un chileno podía buscar una salida así frente a la crisis...notable.

El Ahorcado!



Volvemos a hablar de nuestro ya tan querídisimo "pololito" del año. Y es que sus historias parecieran nunca terminar.

- Cuentan las malas lenguas, que un Sábado de Diciembre, en un caluroso día de pleno sol, estaba este personaje invitado a almorzar como tantos otros a la casa de su polola.
En la mesa; su suegra, el suegro y los infaltables hermanos grandes de su amada.

En medio del almuerzo, y producto del intenso calor de aquel verano (eso queremos creer) a nuestro amigo se le "despierta" el niño, y como todo buen adolecente astuto, emplea la salvadora y siempre útil técnica del ahorcado (esa en donde el travieso es extrangulado entre el bajo vientre y el pantalón, por mal portado), con mucho cuidado para que nadie se de cuenta.

El almuerzo va viento en popa, nadie se ha percatado si quiera de los extraños movimientos bajo la mesa del pololito, y no hay nada de extraño.
Hasta que llega esa fatídica intervención de la suegra que alza la voz y comenta: - Que buen cuerpo tienes hijo, ¿Practicas mucho deporte? -, a lo que la polola muy emocionada se adelanta y responde; - Hay mamá, te morí las calugas que tiene, mira!!! - y comete el grave error de levantarle la polera al novio, y dejar al descubierto, frente a todos y todas, la cabecita del niño mal portado, que se asomaba como diciendo: por la conchetumadre, me cacharon!!!.

¿Lo habías escuchado? ¿verdad o mula? opina.

Solo pasa en Chile



Si no fuera por que hay registro visual, estas imágenes podrían ser otro mito más.

lunes, 14 de septiembre de 2009

La vieja casa de campo.


Todos tenemos un lado más tímido, el que nos obliga a omitir ciertas acciones que pensamos o, en algunos casos, necesitamos llevar a cabo. Este mito cuenta la historia de un compadre que se excedió pa' vergonzoso y en consecuencia, vivió una complicada situación.
Todo partió cuando un joven visitaba por primera vez la casa de campo de la familia de su polola (supondremos que era el mismo cristiano del segundo posteo) y tuvo que compartir pieza con el hermano chico de esta.
Aquella fue una linda jornada, comieron cordero al palo, jugaron ludo, cantaron "Cumbayá Señor", entre otras didácticas actividades. Todo iba bastante bien, hasta que llegó la hora de dormir.
Nuestro particular y tímido personaje, había tomado, al parecer, mucho líquido durante ese día, y en una mala toma de decisiones, olvidó ir al baño. El resultado está claro: la ganas de mear a las dos horas de haberse acostado eran insoportables, ¿Pero por qué no se levantó y fué a mear?, dirán ustedes. La respuesta es simple: Al ser una vieja casa chilena de campo, las piezas estaban unidas, y para llegar al meadero, nuestro querido pololito, tenía que cruzar la pieza de los suegros, de los tíos, la abuela, etc..., y como sabemos, su timidez le impedía hacer ese osado viaje. Fue en esa molesta situación que se le prendió la ampolleta: "Voy a mearme en la cama, y en la mañana cambio las sábanas con las del cabro chico y así, van a pensar que fue él... jejeje que brillante soy" -pensó el joven-. Y así fue.
Sale el sol, cacarea el gallo, hora de levantarse. Nuestro tímido amigo despierta y espera que el niño se meta en la ducha para montar su plan. Rápidamente sale de la cama, saca sus sábanas mojadas y luego abre la cama del hermano chico de su polola. Es en ese momento que se lleva una linda sorpresa: el cabro chico se tambíen se había meado.
¿Lo habías escuchado? ¿verdad o mula? opina.